La crisis ha convertido el precio en el principal argumento para elegir alojamiento rural. La realidad es que  la diferencia está en torno a 5.-e  por persona y noche, para casas de capacidad y características similares.

La calidad viene definida por conceptos tales como  equipamiento, estado de las instalaciones, calefacción, limpieza, hora de entrada y salida,… y aquellos otros que hacen nuestra estancia confortable. Todos tienen incidencia en los costes; a modo de ejemplo sirvan estos datos:

• Calefacción: Una temperatura confortable es 22º en el salón y de 20º  en los dormitorios;  un grado más si hay niños. Aumentos de 1º suponen un 8% más de coste. En zonas de sierra, la temperatura baja de 0º, por lo que no se debe cortar la calefacción por la noche, haya ó no chimenea. 
• Limpieza: El tiempo utilizado para limpiar una casa rural, tras el paso de clientes y para dejarla en perfectas condiciones, supone una media 0,6 horas por persona y noche (tras un fin de semana una casa de 8 personas requiere 9,5 h.)

En muchos casos la diferencia de precio está  justificada. Es comprensible que decidamos ahorrar unos euros, pero debemos ser cuidadosos para no poner en riesgo el fin de semana (que puede pasar de  maravilloso a inolvidable). La elección debiera ser  “calidad al mejor precio”.

Lar-ami