La Ribera es contraste: de paisajes, de gentes, de color. El otoño hace más visibles estos contrastes, quizás por la inclinación de los rayos solares, la caída de la hoja o los olores penetrantes a vida. La actitud más relajada del visitante y su predisposición a dejarse sorprender ayuda.
Aunque los caminos son transitables todo el año, a los cuerpos etéreos nos motivan especialmente en otoño. Y queremos compartirlos con vosotros. Por eso nos atrevemos a sugeriros algunas excursiones, en la certeza de que sabréis disfrutarlas tanto como nosotros. Desde Puebla de Valles no debéis perderos:
- la casa encantada, en medio del pinar y con vistas.
- el camino de la Huelga, bosque autóctono a orillas del Jarama
- el pozo de la Roca y el Pozo oscuro, con cañón, cuevas y bosque.
- La piedra caída (ver entrada en blog)
Hay otras rutas, pero son más apropiadas para bicicleta o senderistas (véase la guía “Veredas y Caminos de La Ribera”, disponible en tiendas especializadas).
Lar-ami