Otros le llaman taraiz, pero todos estamos de acuerdo en que su presencia lejos del agua significa deterioro del suelo. Y lamentablemente en La Ribera, resulta abundante.
En mayo, el taraje se viste de blanco y muestra orgulloso sus hermosas flores en forma de espiga.
Un espectáculo que bien merece una mirada.
Luego en otoño se vestirá de tonos rojizos que le dan una imagen característica.
Lar-ami