En los lugares más insospechados y cuando se le da la más mínima oportunidad, la vida se abre camino. En otoño y primavera, cuando aumenta el grado de humedad ambiente, esto se hace más visible. Solo hace falta observar la naturaleza.
Valgan como muestra ese tronco en medio del río donde surge una seta de chopo ó la junta del bordillo con el asfalto en el puente de la presa de Beleña.
O el musgo que crece sobre la caliza que conforma el cañón del Jarama, cuyo verdor se extiende según el nivel del agua. ¿Qué me dicen de esa piedra en mitad del cauce, que parece un proyecto de jardín japonés.
Solo son pequeñeces que a este guardián etéreo le fascinan y le hacen reflexionar sobre cuan sabia es la naturaleza. ¿Se han fijado la cantidad de niños mellizos y gemelos que se ven por nuestras calles?
Lar-ami
2 respuestas a “La vida se abre camino”
A veces con muy poco se puede sobrevivir…
Asi es, pero la solidaridad en los tiempos que corren es imprescindibel.