De níscalos y bellotas


Desde que cayeron las primeras lluvias de otoño, los urbanitas (300 coches en 10 kms) acuden a los pinares de La Ribera en busca de níscalos; aunque no hayan salido, el lugar no sea adecuado, o esté lloviendo a cántaros. Dicen que fruto de la crisis.  ¿Volverán los tiempos de la bellota?

Aquí no estamos de acuerdo:por el mismo razonamiento, la gente estaría cogiendo bellotas dulces (de encinas), con sabor  a castañas.  De esas hay en abundancia (Tamajón, La Mierla, Valdepeñas, Valdesotos , Puebla de Valles, … Un alimento tradicional que forma parte de nuestra cultura y tradiciones.

Han sido consumidas por el hombre desde la Prehistoria, crudas ó asadas. Durante la posguerra  en la cocina fueron el sucedáneo por excelencia (del café, de la harina, de la patata, del aceite,…).  Y hoy participa de la nueva cocina (tostada de bellotas de Abraham García) como antes lo hizo en la medicina (árabe, siglo XI).

Han sido cantadas por poetas (Larra, Federico García Lorca, …) y Don Quijote alabó sus virtudes. Aparece en las pinturas del Románico y de la escultura del arte islámico, alcanzando su mejor expresión en el mudéjar. Incluso hay monedas celtibéricas.

A pesar de que son nutritivas y muy sabrosas, no deseamos que vuelvan los tiempos de la bellota. El regreso al pasado nunca fue bueno.

Lar-ami


2 respuestas a “De níscalos y bellotas”

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