Tras las generosas lluvias de estos últimos días, se vislumbra un buen año de setas en La Ribera.
En un paseo de apenas media hora podemos encontrar hasta 9 variedades de setas, algunas comestibles y otras no: de chopo, de junco, de cardo, senderuelas y otras como estas de las que no sabemos nada (podría resultar un excelente ejercicio tratar de clasificarlas a través de una buena guía).
Mientras esperamos con ansias la llegada de los níscalos (para después de los Santos), salimos a llenar la cesta de setas resplandecientes.
Tras el éxito, llega la decepción: las setas de buen aspecto son mostradas a los expertos del lugar, que te dicen: “yo no las como; haz lo que quieras”.
Una forma elegante de sugerirte que las tires con mucho cuidado.
Lar-ami