En estos días aparecen bruscos cambios en pocas horas: momentos lluviosos siguen a otros nublos, precedidos por instantes luminosos, independientemente de que el día aparezca frío o veraniego.
No vamos a descubrir ahora los encantos del otoño: los días se apagan, el color se apodera de los campos, las hojas caen y el suelo se alfombra, el olor a humedad impregna el aire, …
Pero si vamos a resaltar que el acortamiento del día y los cambios de luz, conforme avanza la estación, modifican el paisaje cada hora, a cada instante. Por ello cada imagen es única, irrepetible.
A este guardián etéreo le fascina como cambia los lugares de La Ribera, y recoge con su cámara paisajes, que no por conocidos, dejan de interesarle: La vega del Sorbe y el puente árabe de Beleña, Puebla de Valles, el camino de la huelga.
Lar-ami