La nave añadida a la iglesia que albergaba las nuevas dependencias tenía tres pisos, separados en fachada por sillares y soportados por vigas de madera encajadas en los muros. Había ventanas (medias y enteras) y puertas de ladrillo en los pisos bajo y primero, así como en ventanucos; en algunas ventanas del piso segundo se reutilizaron sillares desmontados.
El interior estaba revocado con yeso, salvo el segundo piso; desconocemos si el revoque procede de la reforma y/o si es posterior (el encalado ya se utilizaba en el siglo XVII para combatir la cólera y la peste). También se observa yeso en el contorno de alguna ventana, sobre el que se han pintado hiladas de ladrillo que apenas se distinguen de las reales.
Por lo negruzco de la pared norte del piso bajo, podemos deducir que posiblemente aquí estuvieran cocina, despensa y refectorio. La distribución de puertas y ventanas en el primer piso sugieren que podría albergar dependencias comunes, dejando el piso alto para las celdas de los monjes.
Lamentablemente, el derrumbe del año pasado y el estado de ruina han forzado el vallado del perímetro. Por eso muchos detalles que mencionamos del Monasterio de Bonaval ya solo es posible observarlos en fotos.
Lar-ami