Bonaval: de abadía a priorato


La incorporación de Bonaval a Monte Sión la dicta el papa Julio II en su bula de 18 octubre 1.509. El documento (se conserva el original en latín) menciona una petición previa del rey Fernando a Inocencio VIII y que el dirigente de la Congregación (el abad reformador) era fray Lorenzo de Peñafiel. La incorporación no se produce hasta un año después, sin razón aparente, aunque podemos intuirla:

“Tras múltiples avatares, la redacción de las “Definiciones de la Congregación” (estatutos) se terminó en 1.551; hasta entonces Monte Sión fue sede de los Capítulos Generales donde se elegía al abad reformador. La sede se trasladó al Monasterio de Palazuelos, cerca de Valladolid, lo que generó fuertes tensiones.  El abad de Monte Sión pidió como compensación, y obtuvo, que el Monasterio de Bonaval pasase definitivamente a su monasterio como priorato”.

Un monje de confianza del abad, fray Xeronimo, se desplazó a Bonaval el 8 de agosto de 1.510 para tomar posesión de bienes y documentos, levantando un inventario exhaustivo, que ha llegado a nosotros gracias al Dr Jurado y que aporta información muy valiosa sobre la vida cotidiana de los monjes.

El Monasterio de Bonaval afrontaba una nueva etapa en la que primarían intereses económicos, continuando su decadencia.

Lar-ami


4 respuestas a “Bonaval: de abadía a priorato”

    • La abadía dependía directamente del Capítulo General del Cister, máximo órgano de gobierno, y gozaba de gran autonomía. Como priorato de Monte Sión, las decisiones ya no se tomaban en Bonaval, sino en Toledo. Lo que condicionó su historia a partir del siglo XVI. Saludos

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