La luna llena del 5 de Septiembre no presagiaba nada bueno. ¡A quién se le ocurre poner un concierto el sábado a la misma hora que el partido de España contra Bélgica! De un cantautor desconocido. En los pueblos vecinos ni se ha enterado. Y con los jóvenes no se puede contar; hoy es sábado y habrán hecho sus planes. Además a la gente de Puebla de Valles le gustan otras cosas.
Estas elucubraciones se hacían muchos cuando se acercaban al porche de la iglesia. ¡Pero los augurios fallaron! Estaba todo el pueblo, excepto algunos futboleros que se quedaron en el bar y que se incorporarían más tarde.
Aunque solo cuatro conocían al cantante, Vicente Granero, el auditorio estaba expectante. Cuando la guitarra de Santiago Segura y la voz cálida de Vicente rasgaron la noche, llegó la magia. La gente escuchaba embelesada, nadie se movió, ni siquiera los mayores ¡Hasta los niños hacían rápidas incursiones desde la plaza del Olivo, abandonado sus juegos!
Fueron dos horas mágicas en las que todo un pueblo se sintió en comunión con sus vecinos. Como antes. No resulta fácil de explicar: ¿Fue el entorno? ¿La música? ¿El cantautor? ¿La luna llena? … Posiblemente la suma de todo y el deseo de la gente de sentirse unidos.
Al equipo que lo hizo posible, ¡GRACIAS!
Lar-ami