Poco conocemos de D. Jose Torija, a pesar de que publicó en 1.948 el primer estudio sobre el Monasterio de Bonaval, nada menos que en la revista “Archivo Español del Arte”. De sus notas y fotografías, tomadas en el verano de 1.947, ya hemos hablado. Humildemente confiesa que lo hizo …
“… sin otro motivo ni aspiración que la de dar a conocer ligeramente unas ruinas completamente abandonadas y olvidadas … para evitar el que dentro de unos años, muy pocos, hayan desaparecidos por completo y sin dejar recuerdo.”
Asimismo explica que a pesar del abandono, “las bóvedas están firmes, sanas y seguras, sin grietas”. Indica que hay sillares similares a los del cenobio en el molino y en el puente sobre el río, posiblemente procedentes de las reformas del siglo XVII.
Además avisa de dos riesgos inminentes, la explotación de una mina de carbón a orilla del Jarama (lo investigaremos) y la construcción de la presa de Bonaval. Pero nos tranquiliza al explicar que el ingeniero jefe del proyecto, Domingo Díaz Ambrona, en su memoria de 1.947 plantea que las partes más valiosas del monasterio sean desmontadas y vueltas a montar junto a la presa, como capilla. Nuestro agradecimiento por siempre.
Lar-ami