En estos días celebramos el centenario de D. Sinforiano, librero y etnógrafo autodidacta, que promovió y dio a conocer las tradiciones de Guadalajara, una provincia tan cercana a Madrid como olvidada.  Su interés por los libros y la etnografía se despierta tras ingresar en el  CSIC en 1.930. Acabada la guerra civil, recorre la provincia acompañando a las Cátedras Ambulantes de la Sección Femenina y realiza una gran labor de recopilación, que publica en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares.

Su “Estudio de botargas y enmascarados alcarreños” y la exposición del fotógrafo Tomás Camarillo en el los salones de Bellas Artes de Madrid en 1.944 levantan una enorme expectación sobre Guadalajara. Consigue el reconocimiento y la amistad de intelectuales de la época, como Julio Caro Baroja, Camilo José Cela, los académicos Rodríguez Mollino y Zamora Vicente, el poeta Ochaíta, entre otros.

Continúa con la recopilación de tradiciones (cada semana viaja a Guadalajara) que vuelca en los periódicos; desde entonces, estas columnas sean habituales en la prensa local. De pluma suelta, sus escritos son de agradable lectura. Los etnógrafos de Guadalajara más importantes se declaran discípulos suyos (López de los Mozos,  J. A. Alonso, Francisco Lozano,…).

Socio de la Casa de Guadalajara en Madrid, promotor de los Cuadernos de Etnología, componente de los Amigos de la Capa (de ellos nació el Tenorio Mendocino), su archivo personal dio origen a la Biblioteca de Investigadores. Fundador de la tertulia La Colmena (germen del Instituto Marqués de Santillana) de gran influencia en  los años 50, tanto que la llamaban el “Gobierno en el exilio”. La Guadalajara actual no se entendería sin la figura de D. Sinforiano. Sea este nuestro pequeño homenaje.

Lar-ami