Las fuertes lluvias de este invierno están aumentando la erosión de nuestras cárcavas, arrastrando la arcilla hasta las represas colmatadas y rompiendo la caliza en grandes bloques, muy visibles en el Arroyo del Lugar.
Precisamente, junto al cauce de este regajo, el derrumbe de una pared arcillosa ha dejado al descubierto huellas de manos impresas sobre una roca caliza. Dado el aviso a la Junta, acudieron a Puebla de Valles arqueólogos de la Universidad que indicaron que eran de origen prehistórico, si bien no se podrá precisar fechas hasta que no se realicen el análisis con carbono 14.
La Ribera tiene varios santuarios de la Prehistoria, entre ellos el cercano el Cañón del Jarama, y por ello el hallazgo no ha sorprendido. Los niños que lo encontraron afirman en su inocencia que las huellas son de los duendes que cuidan los campos.
Lar-ami