Nocturno de luna nueva


La luna nueva tiene el encanto de la ausencia, dejando que sean las estrellas quienes iluminen la noche. Un paseo nocturno, al fresco y sin luna,  proporciona sensaciones únicas. Te parecerá complicado, pero basta con seguir el camino. Aunque se distingue bien  entre la vegetación, lleva una linterna.

nocturno 1Mi propuesta es que te bajes al Pozo de la Roca al anochecer, media hora antes de la puesta de sol. Llegarás entre dos luces y podrás bañarte en el Jarama mientras escuchas el canto del agua y el silencio. Antes de que la oscuridad te envuelva, toma el camino de regreso por la dehesa. Mientras subes, la noche caerá con rotundidad y aparecerá el lucero de la tarde, Venus.

Sombras y más sombras, sonidos de chicharras y grillos, el canto del cárabo, unas ramas apartadas deprisa por un conejo (o un corzo) sorprendido, el vuelo de una perdiz espantada,… te acompañarán en tu paseo.  Cuando te pares a tomar aire, observa las estrellas y extiende la vista a tu alrededor. ¿A que es hermoso?

Al llegar al llano, junto a los pinos, será noche cerrada. Las luces de Valdepeñas se ven al oeste, las de Tres Cantos a la izquierda y a su lado la boina luminosa de Madrid. Hacia el norte algún coche en la ruta verde hacia Tortuero y un resplandor que irá creciendo hasta hacerse visible según avanzas por la dehesa. Es Valdesotos.nocturno 2

En la carretera, de vuelta a Puebla de Valles, las Pequeñas Médulas aparecen iluminadas tenuemente por el resplandor del pueblo que aún no se ve, creando una imagen que no se olvida. Según bajas   las crestas se ven nítidas y luego se desvanecen con la tenue  iluminación de las calles.  Un paseo de dos horas, diferente.

En La Ribera hay muchas rutas para pasear en las noches de luna nueva. Solo tienes que buscarlas.

 Lar-ami

 


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