En La Ribera y en la Sierra Norte de Guadalajara, las pequeñas propiedades rústicas fueron compradas por los vecinos del pueblo y/o de municipios vecinos. El proceso desamortizador puso las fincas más apetecibles en manos de poderosos y/o de especuladores. Almiruete no fue una excepción.
El molino fue adquirido por el molinero que lo tenía en explotación (quizás el situado en el Sorbe, al final del Pozo de los Ramos). El afán recaudatorio de Hacienda llevó a disgregar la finca en suelo y arbolado, subastándolo por separado (sea este un ejemplo).
Lar-ami