Las zonas kársticas de La Ribera están llenas de pequeñas oquedades, profundas y estrechas, que son aprovechadas por las alimañas como madrigueras. Especialmente por zorros, tejones y meloncillos.

Se identifican por la presencia de paja y ramas secas en la entrada de la covacha. Deyecciones y huellas en las proximidades indican que están habitadas. A veces incluso podemos ver el suelo de la oquedad mojada, señal inequívoca de que el animal ha marcado su territorio. 

¡Ni que decir tiene que no debemos tocar nada, solo observar!

Las diferentes rutas que recorren los karst de La Ribera (GR-10, otra ruta del cañón del Jarama, ciudad encantada de Tamajón, fuente del Cubillo en Valdepeñas, …) ofrecen grandes posibilidades para verlas.  Una curiosidad más de esta bella tierra.

Lar-ami