La nevada del primer viernes de marzo cubrió los campos de La Ribera (20 centímetros en Almiruete). Conforme avanzaba el día, la temperatura y el agua dejaron libres las carreteras de acceso. Así pudimos acercarnos al Pozo de los Ramos y disfrutarlo.

(La nieve y el hielo impiden el acceso los días mas duros del invierno; recordemos que solo se pude llegar a pié. A veces, incluso el embalse se hiela, formando una capa de hasta 30 centímetros. Como este año, que ha permanecido helado dos semanas en enero).

Si el entorno de la presa ya espectacular, nevado en un día de sol y con los buitres revoloteando sobre las rocas, resulta inolvidable. Si además sumamos el ruido de cascadas y el canto de los pájaros, podemos alcanzar un estado muy próximo al nirvana.

Y si no me creen, observen.

Lar-ami