Vaya por delante que los espíritus etéreos ni comemos ni entendemos de cocina. Pero que duda cabe que la convivencia con los seres humanos nos acaba contaminando. Y eso me ha pasado a mí con Paco y Angelines, los propietarios de La Vereda de Puebla, la casa rural que protejo y guardo.
Andaluces de siempre, aunque no ejercen mucho, conservan bastantes platos de la cocina de su tierra. En verano ponen mucho El Picaillo, una ensalada que ellos preparan así:
- 4 tomates grandes
- 2 pimientos
- 2 pepinos
- 1 cebolleta.
- Aceite, sal y vinagre.
Se parten en trozos para ensalada y se sazonan al gusto con aceite, vinagre y sal; se sirve frío como ensalada. (Una variante de la campiña cordobesa es El Aguaillo: cebolla muy picadita con agua fría, sazonada al gusto con aceite, vinagre y sal. Este plato prácticamente ha desaparecido).
He de reconocer que El Picaillo tiene buena pinta. ¡Lástima que no pueda catarlo!
Lar-ami