Sellos municipales (de tinta)


Los sellos tienen su origen en Mesopotamia, 4.000 años a.c., donde aparecen cilindros que imprimen un relieve sobre arcilla fresca, lo que garantiza la identidad de quien hace el documento. En el Antiguo Egipto también se utilizan sellos de arcilla que se estampan sobre papiros o arcilla (tumbas).

En el siglo IV aparecen los sellos de plomo y en el XII los de cera de abejas. En la Edad Media cada ciudad tenía su tampón con un motivo difícil de falsificar; impreso en  cera garantizaba la confidencialidad del mensaje y daba fe de autenticidad. Con el desarrollo de la prensa de tipos móviles, el sello se popularizó y en el siglo XIX cada ayuntamiento constitucional tenía el suyo.

El Director del Archivo Histórico Nacional, D. Francisco González de Vera, con el apoyo del Ministerio de Fomento dirigió en 1.876 un escrito a Corporaciones civiles, eclesiásticas y de la Administración solicitándoles una copia, impresa en tinta, de los sellos utilizados y de los anteriores. 

En poco tiempo se reciben más de 14.000 sellos, que conforman una colección única en su género. En ella están los sellos de los 12 pueblos de La Ribera que aportan información muy valiosa, tanto por el sello en si como por los datos del envío. Esto lo veremos en los próximos días.

Lar-ami


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