Haciendo leña


… del árbol caído se colabora con la Naturaleza y el Medio ambiente. Aunque su combustión contamine y colabore con el cambio climático, su incidencia es escasa ya que solo sobrevive en zonas rurales.

Esta costumbre ancestral (en el Diccionario de Madoz, año 1852,  figura como actividad esencial en nuestros pueblos) ayudaba a mantener limpios los bosques, prevenía incendios y controlaba la erosión. Hoy los restos de madera (por cortas controladas) y las ramas secas se pudren en los campos; la maleza invade espacios vacíos y  los hace impenetrables.

En La Ribera se tolera la recogida (no la corta) de troncos y ramas secas en los bosques públicos (pinares); también se permite en zonas privadas (roble, encina, olivo,… ). La imagen de leña apilada junto a las casas y/o de leñeras es habitual, aunque cada vez menos.  La calefacción de gasóleo y/o electricidad se ha generalizado y ya no se cocina con leña.

La costumbre, el placer de una chimenea encendida  y que la leña calienta 4 veces (cuando se recoge, con la carga y descarga, cuando se corta y al quemarla) mantienen su uso en invierno. 

Lar-ami


2 respuestas a “Haciendo leña”

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