Con retraso, y no pocos problemas (por el uso de rastrillos y otras malas artes), está siendo un año excelente de níscalos. Hay para todos, incluso para aquellos que hacen de la recogida de setas un oficio. Dicen que, en años buenos, La Ribera produce más de diez toneladas.
En cruces y plazas es visible el chalaneo de intermediaros, comprando níscalos que irán a los mercados Madrid y Barcelona.
Pero con los níscalos proliferan otras setas, entre ellas las amanitas; en nuestros pinares abunda la amanita muscaria, identificable por su sombrero que va de color rojo vivo a rojo-anaranjado, con manchitas blancas.
Son muy tóxicas y tomadas crudas producen alucinaciones, por lo que los hippies de Matallana la tomaban para colocarse. Hasta que alguien tomó un bocado de más y terminó en el hospital.
Lar-ami
4 respuestas a “Amanitas y níscalos”
Ahora ya sabemos con que divertirnos …. nosotros a probar esas setas crudas, como los hippys…. jejeje. Ahora en serio, a mi me dán mucho respeto las setas, comeremos las que nos aconseje la gente del terreno y las otras…. se tiran al barranco.
Por aqui se dice que «en caso de duda, la seta se queda en el campo»
Desde luego, el mundo de la seta es tan apasionante como peligroso, asi que hay que tener cuidado con lo que uno se come.
Siempre se dice aquello de que todas las setas son comestibles, pero algunas solamente una vez. Asi que cuidado con la ingesta de las dudosas.
Hace falta ya una regulación que evite sustos (y destrozos).