Escondido entre pinos gracias a ICONA, Fraguas es hoy un montón de ruinas ocultas por una exuberante vegetación que denota abundancia de agua. Entristece pensar que las Relaciones Topográficas de Felipe II ya lo mencionan y que tuvo 128 personas en 1.826. Debió ser abandonado en 1.964 (fecha de las últimas lápidas del cementerio).
Del trazado original son reconocibles la calle principal, la iglesia con arco de medio punto y plinto labrado a media altura en el exterior del ábside, la plaza mayor con fuente y lavadero, … y poco más. Se conservan muros y ruinas de casas de tapial y caliza, entre las que destaca la situada al final de la calle (a la derecha) por la perfección de la esquina.
Se accede por una pista forestal (5,4 kms, una hora de paseo entre pinos) que nace en la carretera de Muriel a Cogolludo, doscientos metros más arriba de Jócar a la izquierda (plano IGN 460 III). El pueblo se identifica por una balsa construida hace unos años que almacena agua para uso forestal. A cien metros a la derecha una senda va al cementerio, derruido y con un somier como puerta.
Aunque la maleza lo invade todo y se hace difícil el paso, Fraguas bien merece una visita. Hace reflexionar sobre lo efímero de la vida.
Lar-ami