En los años cincuenta hubo en Retiendas un personaje peculiar, al que llamaremos M. Habitaba en las cuevas de la Hoz del Jarama y vivía del robo en molinos y casas de La Ribera.  No sabríamos explicar si esto fue sobrevenido por algún hecho, o  como dicen otros, hizo de su vida un acto de rebeldía. ¿Bandido  ó rebelde?

Cataba la miel antes que nadie y comía los mejores cabritos, que elegía observando los corrales (en Puebla de Valles desde las Pequeñas Médulas). En el molino de la Tía Avelina le pegaron un tiro de sal, cansado de sus robos. Otro día le acusaron de robar a un cantero gallego de Retiendas; preguntado por el dinero y la bomba de la bicicleta, contestó: el dinero sí, pero la bomba  se cayó detrás del baúl. Y allí estaba.

 Una vez la Guardia Civil  le detuvo y le llevó a su guarida para que sacase las mercancías robadas. Entró solo y tras media hora de espera, los guardias comenzaron a llamarlo para que se diese prisa; escapó por otra boca de la cueva y desde un cerro cercano  les contestó que otro día. Fue detenido muchas veces, pero familiares y amigos conseguían que se retirase la denuncia, devolviendo y/o pagando lo robado.

Salvo cuando se llevó dinamita del polvorín de El Vado. Entonces la Guardia Civil lo trató como un terrorista y le interrogó junto a Bonaval. M desapareció de la comarca y ahora solo nos queda su recuerdo.

Lar-ami