Aunque la reforestación de grandes dehesas de La Ribera durante el franquismo estuvo plagada de errores y por ende, de polémicas, hay que reconocer que ha frenado la erosión. Cierto que los pinos aportan poca vida (vegetal y animal), pero crecen en cualquier sitio y su mantenimiento es cómodo y barato.
En tierras de aluvión como estas, arcillosas y sueltas, la erosión se hace muy patente en años de lluvia; y la función de los pinos también.
Aunque es visible en los barrancos y cárcavas del pinar, se observa mejor en los caminos: la tierra apelmazada es barrida por el agua y/o retenida por el trenzado de raíces de los árboles que lo escoltan.
Lar-ami