Tradicionalmente en La Ribera la procesión del silencio se hacía la noche del viernes santo, como en la inmensa mayoría de ciudades y pueblos españoles, en silencio y con velas. Considerando que el asfaltado y la luz no llegaron a las calles hasta bien entrado los años sesenta, estas procesiones aquí eran algo diferentes.
Tenemos constancia de Retiendas, donde se sacaba por las calles del pueblo el Cristo medieval. Y de Puebla de Valles, donde el Santo Sepulcro salía desde la ermita de la Soledad (en las afueras del pueblo), tomaba el camino del arroyo hasta el puente y luego subía por la callejuela (próxima al bar de Mateo) hasta la iglesia.
Según cuentan los mayores, a esta procesión acudían devotos de los pueblos vecinos, por lo que estaba muy concurrida. Dicen que, en silencio y a la luz de la velas, el sonido de las pisadas sobre los gorrones del arroyo, sobrecogía. ¿Se lo imaginan?
Lar-ami