Domingo de Ramos


La misa del Domingo de Ramos, cantada en latín por el cura y el sacristán con órgano y monaguillos, era una excelente ocasión para que las mozas y mujeres de nuestros pueblos lucieran sus mejores galas. Después de  la bendición de las ramas de olivo (aquí no había palmeras) se organizaba una pequeña procesión por las cercanías de la iglesia.  Luego se comía en familia y se degustaban los primeros dulces.

En Valdepeñas de la Sierra, por la tarde se trasladaban los pasos de las procesiones a la iglesia desde la ermita de la Soledad en este orden: la Flagelación del Señor,  Cristo con la Cruz a cuestas y  la imagen de la Virgen de los Dolores. Las tallas eran de madera policromada y se perdieron en la Guerra civil.

Aunque en los pueblos de La Ribera se sigue celebrando la misa del domingo de Ramos (en algunos el sábado anterior por falta de sacerdote) ha perdido su encanto.

Lar-ami


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