El primer documento que menciona el término maestro en la Sierra Norte, es una carta del obispo de Siguenza, D. Lope Diaz de Haro, fechada el 21 de octubre de 1.269. En ella el obispo establece la aportación que debe realizar cada municipio para la “dotacion de un maestro de gramatica en Atienza”.
Además de su importancia histórica (para muchos pueblos serranos es la primera vez que son mencionados en las Crónicas de de Historia), el documento reafirma que la educación siempre ha estado reservada a las clases pudientes y a la Iglesia. Hasta finales del siglo XIX, en las zonas rurales el papel de maestro lo asumía el cura (ó el sacristán) y solo para hijos de los poderosos.
En 1.901 el conde de Romanones incorporó el salario de los maestros al presupuesto estatal y estableció las bases para la escuela pública. Cada ayuntamiento debía proporcionar un local adecuado y ocuparse de su mantenimiento. Con el franquismo se produjo la separación por sexos que duró hasta que la despoblación lo hizo inviable y/o las cerró definitivamente.
Hoy traemos algunas imágenes de aquellos años, para que no se olvide de donde venimos.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.