Los pueblos de La Ribera tenían (y tienen) fuentes en el casco urbano, como atestigua el Diccionario de Pascual Madoz (año 1.850). El agua llegaba procedente de un venero próximo a esta estructura clásica de caño, pila y abrevadero, como corresponde a núcleos ganaderos.
A las casas el agua llegó a finales de los setenta con muchas dificultades en las canalizaciones, ya que el casco urbano está cruzado por cuevas que actuaban de bodegas. Se incremento espectacularmente el consumo y hubo que buscar veneros adicionales. Las fuentes siguieron manando, en muchos casos abastecidas por el venero original.
El Canal del Jarama solucionó el problema de Retiendas, Valdesotos, Tortuero y Valdepeñas, por cuyos términos cruza. Otros pueblos construyeron un depósito en alto, al que llevan agua desde diferentes veneros (Almiruete, Alpedrete, Puebla de Beleña, Tamajón, La Mierla) ó desde el río (el Sorbe en Beleña y Muriel; el Jarama en Puebla de Valles).
La fuente de Puebla se abastece del manantial de Valdelacasa, barranco arcillos donde los haya. Por eso en temporada de lluvias, da chocolate. Como antes.
Lar-ami
2 respuestas a “Agua potable”
No me quiero imaginar vivir sin un grifo, que al mover salga agua.
Como cambian los tiempos. A veces para mejor y a veces …
Casi siempre pa mejor. Aunque suponga perder algo de nuestro acerbo cultural.