¿A que se dedicaban? La vida no era fácil, por lo agreste del terreno, las bestias (osos y lobos según el Libro de la Montería), desconocimiento del terreno y escasos medios para alimentar a la familia (en la época tenía 6 miembros de media). Como las crónicas no se ocuparon de ello, acudimos a los mensarios de las iglesias románicas de Beleña y Campisábalos.
Aquí se cultivaban cereales y vid, se criaban cerdos y se cazaba al jabali. Surgieron bodegas, excavadas en la roca (Alpedrete y Beleña son bellos ejemplos) y en la tierra (Puebla de Valles), aprovechando laderas de los cerros circundantes. También se ubicaban en ellas las cortes, donde se guardaban a los cerdos.
El espìritu pionero (hay que hacerlo todo y entre todos) creó un clima de solidaridad entre vecinos para solucionar problemas propios y del pueblo (así nacieron las hacenderas). Fruto de ellos son las fuentes y lavaderos (centro de reunión de las mujeres), que hoy son visibles en El Espinar, Roblecasa, La Mierla, … De esta época han quedado algunas leyendas: las lágrimas de la mora, la cueva del aceite, los tres hermanos, …
A finales del siglo XIII y siguientes, los pueblos pasaron a depender de Señores (duques, marqueses, condes,…) que no respetaron rentas, plazos ni impuestos. Construyeron castillos y murallas, hoy en ruinas (Cogolludo, Galve, Diempures) a costa del pueblo. Sequias, pestes y hambrunas diezmaron a la población que abandonó campos y pueblos (despoblados).
El pueblo inventó leyendas para esconder este hecho vergonzante: hormigas gigantes, Venenos que matan,… Y los Señores otras para resaltar su poder: leyendas de Doña Urraca, las lágrimas de una reina, …
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.