Fiesta de la machorra


Para la mayoría de las civilizaciones, el paso de la infancia a la juventud ha sido motivo de fiestas y ritos. En algunos pueblos de La Ribera, bastaba con que el aspirante pagara una cuartilla (o dos) de vino a los mozos, abonara la cuota de fiestas (el piano, véase blog 30 agosto) y colaborara en su organización. Pero en La Mierla era especial.

La fiesta se celebraba en enero, el domingo siguiente a la fiesta del Santo Niño. Los aspirantes a formar parte de la hermandad de los jóvenes (mayores de 15 años) costeaban entre todos una cabra estéril (la machorra) que soltaban por las calles. Los neófitos corrían detrás de ella en tropel hasta cazarla, entre las risas de los vecinos. Luego la mataban y guisaban una caldereta para todo el pueblo.

La comida se celebraba en el salón de baile del Ayuntamiento y después de los postres, se bailaba al son del organillo (antes de la guerra, de bandurrias y guitarras). Los nuevos jóvenes, bien regados de vino, estaban obligados a bailar la jota delante de todos. ¡Ya eran mozos! La costumbre se perdió con la despoblación de los años sesenta.

Lar-ami


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