La procesión de los hombres…


… se celebraba el día 20 de enero en Puebla de Valles. La Hermandad de San Sebastián, constituida solo por hombres y cuyo símbolo era una tacita de hojalata para el vino, sacaba la estatua del santo ubicada en la hornacina derecha del altar mayor de la iglesia. La costumbre y el santo se perdieron con la guerra.

En realidad la fiesta comenzaba la víspera con la matanza del carnero, que guisaban entre todos en la casa del hermano mayor. Dos grandes calderos de cobre servían para la caldereta con arroz y la chanfaina (guiso de patatas con los bofes, hígados y huevos duros). Luego los hermanos se reunían en la casa de la villa, donde comían y bebían a destajo durante los dos días.

Después de la comida del día 20 celebraban Junta y elegían hermano mayor, al que se traspasaban  los utensilios de cocina y la campanilla, mientras el nuevo maestre recitaba a modo de ritual: LO QUE HACE FALTA ES QUE NO OS LA TENGA QUE TOCAR A DELGUNO.

Y es que cuando moría un hermano, todos acudían al entierro, so pena de multa, y se iban relevando para llevar a hombros el ataúd al cementerio (pasaban todos), mientras el hermano mayor iba detrás tocando la campanilla.

Lar-ami


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