Este lunes es raro, raro. Incluso para mi, espíritu (¿puro?) que debiera ser inmune a sentimientos.
Y la culpa la tiene la Junta, ya que ha declarado el 1 de Junio fiesta porque el 31 de mayo, día de Castilla La Mancha, era domingo. ¡No seré yo quien critique esta decisión! Lo que yo critico es que el día de Castilla La Mancha no sea el 2 de mayo, como en Madrid.
Me explico. Salvo en una decena de villas de Guadalajara que superan los mil habitantes (en 1.857 eran 29 pueblos), sus 400 núcleos de población toman aliento vital el fin de semana. Es el viernes cuando reciben a los hijos de la tierra que vuelven a sus lugares de origen en busca de descanso y para recuperar fuerzas que le permitan superar el resto de la semana en la ciudad.
¿Y donde trabajan?
Pues en Madrid y Guadalajara. Así que cuando no coinciden las fiestas, esto es un desmadre. No es sábado ni domingo, pero tampoco un día entre semana normal. Ni está toda la gente ni faltan todos, sino mitad y mitad.
Entonces en Puebla de Valles el aperitivo sabe diferente, las tertulias pierden interés, hay problemas para formar la partida, sales a la calle y no sabes a quien te vas a encontrar,… Un desastre.
¡Y la culpa es de la Junta!
Pero, ¿a que es un día raro, raro? No hay ni foto.
Larami