A veces la búsqueda en Internet depara sorpresas maravillosas. Como este cuento de tradición oral de Robledo de Corpes, recogido por el etnólogo y músico D. José Antonio Alonso en 1.988. Sea este un breve resumen, que obviamente carece del encanto del original (merece la pena leer las explicaciones del maestro).
Un hombre era lobo-hechicero, pero no lo sabían en su familia ni en Robledo. Un día fue la mujer a llevarle la comida a la Casacaida donde estaba labrando, pero cuando pasaba por el Alto Millarejo, salió un lobo que la atacó a mordiscos, desgarrándole ropa y medias. Cuando pudo librarse, fue en busca del marido.
- ¿Cómo has tardado tanto en venir?
- ¡Ay si vieras lo que me ha pasado! Me ha salido un lobo y mira como me ha dejado. Pero anda come.
- No tengo muchas ganas.
Cuando el hombre se puso a comer, la mujer le vio entre los dientes los hilos de sus medias. Entonces corrió hacia al pueblo y el hombre tras ella. Pero se dirigió a la iglesia en busca del cura, al que pidió confesión. El cura se la negó, diciendo: “No confieso yo a lobos”. Y según parece al hombre le mataron.
José Antonio explica que se han recogido versiones en el País Vasco; añado yo que este cuento podría haber llegado a Robledo con la repoblación de los siglos XII y XIII. La tradición describe la presencia de lobos en la Sierra Norte desde siempre; hubo un tiempo en que desaparecieron … pero han vuelto …
Lar-ami