De leyendas está la Sierra Norte llena


de-leyenda-1Hemos contado muchas, pero quedan bastantes más por contar, como estas. En Campillo de Ranas es famoso el roble hueco situado cerca del cruce. Cuentan que antaño las mujeres metían la cabeza de los recién nacidos en el hueco del árbol para que la fuerza de la Tierra penetrara en él y le protegiera de todo mal. Dicen que desde que se abandonó esta costumbre en los años sesenta, la oquedad se ha ido cerrando. Así me lo contó Alicia.

Pinilla y Torremocha de Jadraque, también son conocidas por Pinilla y Torremocha de las Monjas porque en ambos lugares las hubo. En Pinilla existió un monasterio (hoy en ruinas) de la orden del Cister, fundado en el siglo XIII, que luego pasó a la orden de Calatrava. Y en Torremocha hubo un convento que dependía del primero. Entre ambos pueblos hay otra relación, menos conocida, que cuenta el colectivo Musgaño (gracias):

de-leyenda-2Dicen que la abadesa de Pinilla ordenó el traslado del Cristo del convento de Torremocha a su monasterio. Asi se hizo y un torremochano, indignado por el hecho, entró de noche en el monasterio de Pinilla, cargó sobre sus espaldas el Cristo (más de 100 kgs) y lo devolvió a su lugar de origen.

Cuentan que averiguado el suceso, se reunieron religiosas y vecinos  para buscar una solución aceptada por todos. Dicen que acordaron que el Cristo permaneciera en Torremocha, pero debían compensar a los vecinos de Pinilla con un verraco. Cuentan que desde entonces a los de Torremocha se les conoce como “robacristos”  y a los de Pinilla como “verraquetes”.

¿Y aún me preguntas por qué la Sierra Norte es un paraíso?

Lar-ami


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