El otoño es tiempo de salir a buscar los níscalos que crecen silvestres en los pinares. ¡Y pardiez, que tenemos donde buscarlos! Más de 2.000 Has en La Ribera, aunque en años secos como este los níscalos escasean y se refugian en las umbrías de barrancos y arroyos.
El número de buscadores aumenta sin cesar. Cuadrillas de hombres recorren a los pinares, rastrillando cada pulgada de terreno y cortando todo lo que naranjea. Así llenan cientos de cajas que amontonan en los cruces. Por la tarde los compradores acuden en tropel y en algo parecido a una subasta, acaparan la producción del día para envíarla a Levante.
Lo que era un pasatiempo para lugareños y visitantes se ha convertido en una actividad económica descontrolada. El resultado es que cada año hay menos níscalos y los pinares se llenan de latas y bolsas de plástico. De ahí que sea urgente la REGULARIZACION, como ya existe en Soria.
Afortunadamente aún quedan lugares recónditos donde pasar una mañana agradable buscando níscalos.
Lar-ami