La artesanía del siglo XVIII en La Ribera era rudimentaria y estaba muy ligada a necesidades básicas de las gentes, según detalla el Catastro de la Ensenada. Sastre, zapatero, herrero, albañil, … eran oficios comunes.
Había sastre en Tamajón (2) que cobraban por año (1.100 reales) y en Valdepeñas, que recibía 5 reales por día trabajado. Zapaterías en Valdepeñas y Puebla de Valles; debían ser prósperas, ya que contaban con maestro y oficial (2 en Puebla) y buenos sueldos (6 reales el maestro, que duplicaba el de los oficiales).
El herrero, además de los trabajos de forja, componía tinajas y hacía de cerrajero. A veces estaba contratado a sueldo por la villa (en Puebla de Valles a 3 reales/día), otras por los vecinos (36 fanegas de trigo en Puebla de Beleña) y en ocasiones era ambulante, cobrando por trabajo realizado (Beleña). Tamajón también disponía de un herrador.
Maestro albañil (maestro de obras) había en Valdepeñas (2) y Puebla de Valles, con un sueldo de 6 reales diarios; no había oficiales ni peones. En Tamajón había un taller de cantería, con maestro (6 reales de sueldo), oficial (5) y aprendiz (sin paga).
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