Estos poblados celtíbéricos, de corte defensivo y situados a orillas del Sorbe, fueron estudiados por Jesús Valiente Malla y Emilio Gamo Pazos en dos etapas diferentes. Sus trabajos y aportan datos interesantes:
La Irijuela está situado en un espolón de laderas escarpadas que se asoma al río y al pantano de Beleña. Sobre una meseta se han hallado restos de una muralla de sillares rectangulares y restos de cerámica con motivos geométricos. También se han hallado elementos romanos (molinos circulares, hebillas, adornos,…). El Morro está enclavado en un alto rocoso cerrando el acceso al valle del Sorbe por el norte (Muriel) mientras La Irijuela lo hace por el sur). Se conservan restos de muralla y escalones excavados en la roca, poco visibles por los pinos. Restos de cerámica hecha a mano, de factura deficiente y de pastas cargadas de impurezas (Cogotas I). Algunos fragmentos de cerámica romana hechas a torno de terra sigilata.
De corte defensivo, guardan ciertas similitudes con los castros de Guadalajara, si bien nunca alcanzaron su importancia. Resulta interesante constatar que ambos poblados fueron ocupados de nuevo durante el bajo imperio romano (siglos IV y V).
Lar-ami