Durante siglos la orza de peces en escabeche fue un suplemento alimenticio imprescindible para las familias de La Ribera. A pesar de que no había veda y/o no se respetaba del todo, las truchas, bogas, barbos, anguilas poblaban el Jarama. Hasta que llegaron los cangrejos americanos y los lucios; el Vado y la reducción del caudal del río ayudaron.

Modalidades de pesca habituales eran a mano, buceando, con urguero,… y en grupo: la pesca en comandita. Aprovechando los días que no había faena en el campo, un grupo de 4/5 hombres bajaba al río, delimitando un tramo donde cada uno pescaba según su habilidad. En la orilla uno recogía las capturas, tan abundantes que daban para todos.

Reunida la pesca del grupo en el pueblo, se hacían tantos montones como pescadores, más o menos homogéneos. Un chiquillo participaba en el reparto; sin ver los montones, le preguntaban ¿Para quién es este? Y el chico lo asignaba a uno de ellos.

La caza del conejo con lazo (hoy prohibida) se prestaba al trabajo en grupo. Cada hombre colocaba las trampas en el territorio que mejor conocía y al amanecer el que tenía menos faena recorría la zona recogiendo las piezas. Luego se repartían de la misma forma que la pesca. El trabajo en equipo y la solidaridad no nacieron a finales del siglo XX.

Lar-ami