Los datos del Catastro dela Ensenada resultan reveladores de la importancia de la miel: se piden datos del número de colmenas, de sus propietarios (con nombre y apellidos) y cuantas unidades tiene cada uno. (Esta información resulta muy valiosa para cotejarla con el padrón actual y comprobar la antigüedad de estas familias en el municipio).
La Ribera poseía en esta época más de 1.200 colmenas. Cada pueblo tenía las suyas, y su número oscilaba entre las 50 de Tortuero y las 269 de Beleña de Sorbe. Alpedrete, La Mierla, Muriel, Puebla de Valles y Tamajón superaban ampliamente las 100 unidades.
Si bien había gente que se dedicaban al negocio de la miel (con más de 50 colmenas), casi todos los vecinos tenían sus colmenas para consumo propio (miel y cera). Como sustitutivo del azúcar, que llegó a esta comarca hasta finales del siglo XIX, y para preparar arrope y aguamiel.
Los rendimientos declarados, como casi siempre, son muy dispares: entre los 1,5 reales de Muriel y los 6 reales de Puebla de Valles. Se nos ocurre que puede deberse la productividad (Puebla de Valles daba hasta 6 kgs de miel por colmena) y a que se contaba ó no la cera (generalmente era para uso propio y/o se regalaba a la iglesia).
Lar-ami
2 respuestas a “La importancia de la miel en el siglo XVIII”
Interesante, he buscado y algo he encontrado del Arziprestazgo de Uceda y sus rentas, haré una entrada. Saludos.
Seguro que si. Un abrazo