Aquí llamamos pozos a las pozas, quizás porque somos más de Puebla que de pueblo.
Cuentan los que conocieron el Jarama antes de la construcción de la presa del Vado, que había muchos pozos donde los chicos bajaban a bañarse y los mayores a pescar. El paso del tiempo y la escasez de caudal los han hecho desaparecer.
Mencionan con frecuencia uno que estaba donde comienza la reguera, otro situado entre el pozo de la Roca y el pozo Oscuro y un tercero próximo a la casa de los motores, que no sabría situar exactamente.
Pero aún conservamos algunos de gran belleza, como estos que mostramos. Algunos son desconocidos hasta para los pescadores porque son inaccesibles. Quizás deban quedar así.
Lar-ami