Tras el regreso de Fernando VII, se producen vaivenes políticos que acrecientan los problemas del país. El Monasterio de Bonaval también se vio afectado, según el Dr Jurado. Los renteros se negaron a pagar el alquiler, lo que provocó un aluvión de pleitos, ganados por Bonaval, pero que no solventaron los problemas. El libro de cuentas (de 1.823 a 1.835) recoge múltiples gastos en litigios y la deuda de 3.500 reales de 24 vecinos de Valdepeñas. La actitud de los últimos priores no ayudó:
- Fray Blas Treceño elegido en 1823. El visitador halló en el libro de cuentas un descubierto 400 reales y varios celemines de trigo por la talla del monte Castillo. Asimismo había arrendado (por un precio muy inferior) unas viñas a vecinos de Valdepeñas, sin conocimiento de la Comunidad. El abad de Montesión reclamó a los renteros el precio justo y puso demanda en la Chancilleria de Valladolid. A fray Blas le exigieron cantidades liquidadas y costas de los pleitos. En 1.830 se le daba un mes para su abono, que no se produjo.
- Fray Antonio Espiñeira, elegido en 1832, fue el ultimo prior hasta la exclaustración en 1.835 y cambio su residencia a Retiendas. El 25 de Septiembre presentó y firmó las últimas cuentas del monasterio, muy superiores a las de años anteriores, según parece para asegurarse el futuro. En julio de 1.836 seguía viviendo en Retiendas y disfrutando de la asignación dada por la reina.
Lar-ami