El molino de Bonaval


Aunque estuvo en funcionamiento hasta bien entrado los sesenta (fue el último operativo en La Ribera), el molino de Bonaval sobre el río Tiendas  está en ruinas. Solo se conservan bien el aliviadero (de lajas), el canal y el cubo, cilíndrico y reforzado por muros escalonados, ambos de mampostería.

Del azud quedan algunos restos irreconocibles; la caz y la balsa se intuyen. Los muros se mantienen en pié, y en ellos se ven la salida del cubo y de la cárcava hacia el arroyo. En el interior rectangular queda la piedra, abrazada por un anillo de hierro. Junto al molino las cochineras.

La construcción del molino data de los inicios de la reforma del Monasterio de Bonaval en el siglo XVII. La primera mención es del 6 de octubre de 1.613, cuando se alquila mediante subasta a Felipe González, vecino de Puebla de Valles, por un año. El precio fluctuaba mucho, según la cosecha (en 1.753 Francisco Redondo de Valdesotos firma contrato por 9 años por 70 fanegas de trigo anuales).

El contrato especificaba que la molienda del monasterio no pagaba maquila y del precio se descontaban los días que estaba cortada el agua por los renteros (que asumían el coste). El molinero debía mantener la presa, la caz, la mecánica,… ; el monasterio las piedras, el saettín, el rodezno, el palo de hierro,…

El Dr Jurado recoge otras anotaciones sobre el arrendamiento del molino: 1.706 a Gaspar Merino de La Mierla por un año y de 1.792 a un vecino de Retiendas, Alonso Plácido Robledillo, por tres.

Lar-ami


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