Los renteros de Bonaval en el siglo XVII


Conforme avanzaba el siglo, el Monasterio de Bonaval gestionaba las propiedades como unidad de negocio: los monjes veían a los renteros como entes que daban beneficios. Mientras, los agricultores trabajaban todo el año para que la mayor parte de la cosecha pasase al cenobio.

El buen nivel de vida del cenobio frente a la escasez de los pueblos vecinos,  la falta de generosidad y la intransigencia de los monjes enturbiaron  las relaciones con los renteros. El Dr Jurado recoge  a modo de ejemplo:

  • El diezmo se aplicaba a todos los contratos, independiente del tipo de propiedad y/o forma de pago (era habitual pagar fanegas de pan y/o de trigo, además de dinero).
  • Algunos contratos se adjudicaban por subasta: así se hizo el 21 junio de 1.668 con los frutales del coto por un importe de 5.000.-maravedíes a unos vecinos de Uceda.
  • En 1.651 se adjudicaron las tierras para cereales de las Huelgas y el Castillo a los vecinos de Valdesotos. El contrato añadía que:  “ cada vez que sea preciso hacer puente hayan de ayudar asi a cortar la madera necesaria como a su condición y asentarla con 16 hombres”.
  • Los pastos del coto se adjudicaron en  1.689 a vecinos de Valdesotos por 450.-reales. Se impedía “pastar a ovejas y cabras de 1 de marzo a  1 de mayo en los sembraos de cereal so pena de 2 reales por cabeza”.

Hubo problemas serios en la granja de Valdepeñas con los ganaderos: el ganado entraba en viñas, huertos y olivares causando daños. En 1.680 el Corregidor de Uceda dicto una provisión para que “prohibía pastar al ganado antes de la recogida de los frutos”, sin mucho éxito. Acabó en pleito ante la Chancillería de Valladolid, que sentenció a favor de Bonaval.

Lar-ami


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *