¡Vamos a la escuela!


La educación siempre ha estado reservada a las clases pudientes y a la Iglesia.  La escuela existía en ciudades y monasterios, mientras que en las zonas rurales el papel de maestro lo asumía el cura (ó el sacristán) para los hijos de los poderosos. Esta situación, tan lejana, duró hasta finales del siglo XIX.

Alumnos de Puebla de Valles, hacia 1.920. Gentileza de Manuel Sanz Iruela
Alumnos de Puebla de Valles, hacia 1.915. Gentileza de Manuel Sanz Iruela

Hacia 1.870 llegó a Puebla de Valles un maestro de Hita, que compró la Casa de la Gorda y allí puso la escuela.  Acudían los niños (aunque pocos años) y cada uno pagaba lo que podía, que no era mucho (en dinero y especie). El ayuntamiento ayudaba según posibilidades (o voluntad). El refrán “pasa más hambre que un maestro de escuela”  aquí tenía sentido.

El conde de Romanones incorporó en 1901 el sueldo de los maestros al Presupuesto del Estado y estableció la escuela pública. Cada ayuntamiento debía proporcionar un local para escuela y ocuparse de su mantenimiento. Una estatua en la Plaza de Santo Domingo de Guadalajara agradece el hecho.

En Puebla la escuela estuvo en la casa de la villa. En 1.932 se construyó la nueva bajo el bar del Calicanto y allí se cambió. Con el franquismo las niñas volvieron a la casa de la villa, produciéndose la separación por sexos, que duró hasta  que la despoblación la hizo inviable. A finales de los sesenta se cerró la escuela y los niños pasaron a un internado de Guadalajara hasta acabar la educación básica.

Hoy solo hay escuela (parcial) en Valdepeñas de la Sierra; los niños de La Ribera son llevados cada dia en autobús a Cogolludo y/o Uceda.  Ahora que comienza el nuevo curso, ¡tenía que contarlo!

Lar-ami


Una respuesta a “¡Vamos a la escuela!”

  1. Este verano estuve visitando Puebla de Valles y Valverde de los Arroyos,pregunté dónde iban los/as niños/as al colegio y efectivamente, como tú dices Larami, me dijeron que a Cogolludo,»¡qué barbaridad! dije yo, con lo lejos , las malas carreteras y el frío que hace por esos parajes en invierno tiene que ser penosísimo para los niños «.
    Como casi siempre,pensé, a los más débiles les toca la peor parte.
    Confío en que este próximo invierno tú estés muy atenta y los protejas para que no les ocurra nada en el trayecto de casa al cole y vuelta a casa.Un abrazo.Josefina

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