Oficios religiosos en Bonaval


En las abadías del Cister el canto era fundamental, ya que los rezos en las horas monásticas se realizaban desde el coro por todos los monjes. Se cantaba con tonos moderados y pausa a mitad del versículo; estaban prohibidos gritos, falsetes y todo lo que perturbara la armonía. Por ello, antes de incorporarse al coro, los novicios debían leer con soltura y dominar la técnica.

Al principio no se permitían instrumentos, si bien a partir del siglo XV el Capítulo General autorizó el órgano en algunas piezas. Por el inventario de 1.510 sabemos que hubo un órgano en Bonaval, así como que el coro era bajo, con dos bancos para los monjes y otros dos pequeños para libros.

Cada día se celebraba misa conventual, después de Prima (invierno) ó Tercia (verano), a la que asistían todos los monjes (se convertía en solemne los domingos y festivos). Adicionalmente todos los días (menos viernes y sábado santos) había misa rezada de “beata”  y de “réquiem” por los bienhechores del cenobio. Los monjes sacerdotes decían misa privada a diario durante el tiempo de lectura. Así que en Bonaval se celebraban, al menos, tres misas diarias, según afirma el Dr Jurado.

En el Monasterio de Bonaval, la capilla Mayor (la central) estaba reservada para misas solemnes y conventuales, así como para oficios en fechas especiales (Cuaresma, Semana Santa, Navidad,…). El resto tenían lugar en la capilla de San Bernardo (meridional). El inventario de 1.510 hace una detallada descripción de ambas capillas, que contaremos mañana.

Lar-ami


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