Los conflictos entre pueblos vecinos eran habituales en la Edad Media. El Monasterio de Bonaval los tuvo con el Común de Uceda, dependiente del Arzobispado de Toledo. Recordemos que el Cister se había independizado de la jerarquía a finales del siglo XII.
El primer litigio data de 1.258. El abad acude al rey porque los de Uceda entran a pescar, cazar y con el ganado en Bonaval. Alfonso X otorga carta de avenencia, fijando límites a respetar so pena de multa, siendo el rey garante. Los problemas continuarían hasta el siglo XVIII.
Bonaval y la iglesia de Valdepeñas litigan en 1.476 por los diezmos de unas tierras arrendadas del monasterio. El cura pretendía cobrar a los renteros, a lo que el abad se negó, amparándose en los privilegios del Monasterio y del Cister (la orden no cobraba ni pagaba impuestos, salvo en bienes que ya estuvieran gravados)
Aunque el conflicto se resuelve de forma amistosa a favor de Bonaval, se vuelve recurrente en siglos posteriores, siendo el último testimonio de 1.702. La importancia de este litigio radica en que está muy documentado y aporta datos muy interesantes sobre la zona y la época. Así lo indica el Dr Jurado en su tesis.
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