Desde Grecia, la posesión de mulas era considerada un signo de riqueza. En el siglo VII a.c. los griegos criaban mulas para competir en las carreras de carros de los Juegos Olímpicos (ápené). Y los grandes terratenientes andaluces aún presumen de coche tirado por mulillas en la feria de Sevilla.
En la ciudad se utilizaron para tirar del tranvía (el primero de Madrid se inauguró el 31 de mayo de 1.871 y enlazaba la puerta del Sol con el barrio de Salamanca). En el mundo rural su uso se limitaba al arado, como animal de carga y para tirar del carro. Mayo es tiempo de mulas: es el mes en que se echa el macho (burro) a la yegua ó el caballo a la burra (mulos burreros, más pequeños pero más resistentes). Tras 11 meses de embarazo nacían los muletos y comenzaba de nuevo el ciclo.
Los labradores de los pueblos vecinos acudían a Tamajón en mayo para comprar los mulos. Antes de la guerra venían tratantes de Maranchón y Guadalajara conduciendo una manada como si fueran reses: un jinete delante, otro detrás y en medio 40/50 mulos (de 3 años, listos para trabajar) y muletos (mulos sin domar). Un muleto costaba un 40% del precio de un mulo.
Recorrían los pueblos de La Ribera vendiendo animales, al contado y a plazos. Solían venir varias veces en el año, haciendo el mismo recorrido, pueblo a pueblo. La primera visita en mayo; en la siguiente a mitad de verano y la última en octubre; además de vender cobraban los plazos pendientes.
Lar-ami
4 respuestas a “Tiempo de mulas”
Mi abuelo bastante antes de la guerra fue carretero desde niño, tenía una foto de un carro tirado por cinco mulas y me contó mil anécdotas (salía de noche cargado de materiales para la presa del Villar, se dormía y las mulas iban solas pues se sabían el camino, también algún asalto por el camino a Guadalajara por la zona de Cabanillas del que salió airoso).
Saludos.
La mula siemrpe fue fiel compañero del hombre de campo. Saludos
Con estos tiempos, quizá tengamos que volver a algunas costumbres de antes, jeje
No sería mala idea. Saludos