A partir de 1.830 se pusieron en marcha una serie de reformas que cambiaron el país: se abolieron los Señoríos, se concedieron títulos de villa a los pueblos y se crearon las cincuenta provincias con la delimitación actual. Las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz completaron esta magna obra que en el siglo XIX conformó el Estado hasta la época de la Transición.
La emigración a las ciudades cambió el mapa humano de España y afectó a sus pueblos, incluso en la forma de gobernarse. En La Ribera se dan tres situaciones:
- Núcleos dependientes: un concejal los representa en el Ayuntamiento del pueblo. Es el caso de Muriel, Almiruete, Beleña de Sorbe y Alpedrete de la Sierra
- Pueblos de menos de cien habitantes: se rigen por la ley de Concejo Abierto. Las decisiones las toma el Concejo (todos los vecinos reunidos en asamblea) excepto las operativas del día a día que las asume el alcalde y su teniente de alcalde. Son los únicos cargos electos del municipio (*). Retiendas, Valdesotos, Puebla de Beleña, Tortuero y La Mierla se rigen así.
- Municipios con más de cien habitantes censados (Tamajón, Valdepeñas de la Sierra, Puebla de Valles) eligen concejales y alcalde (5 concejales en total, ya que apenas superan los cien habitantes)
(*) El Juez de Paz también es elegido, normalmente alguien de prestigio entre los vecinos.
Pero también ha contribuido a este cambio el regreso de los hijos de la tierra, que ha reconstruido el hogar de sus ancestros y/o han edificado su casa de fin de semana. Así nuestros pueblos se remozan y adquieren vida, gracias a su fuerte compromiso que está permitiendo recuperar costumbres, fiestas tradicionales,…
Cierto que los nuevos métodos de construcción, y los diferentes momentos (económicos), han provocado que los pueblos pierdan parte de su identidad, siendo cada vez más parecidos entre ellos, … ¡pero VIVOS!
De lo cual nos congratulamos los espíritus guardianes. ¡No hay nada más triste que un pueblo vacío!
Lar-ami