Capeas y toros


La utilización del toro como divertimento (hombres haciendo piruetas sobre el animal) aparece en Creta en el año 1.000 a.c. Los caballeros árabes se entrenaban alanceando toros, costumbre que pasó al reino de Castilla allá por el siglo XI.  Nobles, Concejos y Hermandades ya organizaban “alanceo de toros a caballo” en el siglo XIV para conmemorar festividades, bodas reales, nacimiento de un príncipe, ….

La costumbre se mantuvo hasta la llegada de los Borbones (año 1.700). El desinterés de la nobleza fomentó el toreo a pie, ejercitado por plebeyos, que hasta entonces  solo era de ayuda. Surgen corridas y capeas, que se popularizan en los años sesenta, siendo habituales el día del patrón, con encierro (si lo hubiere). 

Acudían maletillas de zonas cercanas, que toreaban por el guante (petición  a los vecinos en la plaza con el capote cogido  por los picos); algunos vecinos participaban en el ruedo corriendo la vaquilla. En  La Ribera se celebraron capeas algunos años. Tamajón utilizaba una cantera abandonada como plaza; en Valdepeñas la plaza Mayor. Puebla de Valles montaba el ruedo en la explanada de la iglesia con carros; después de toreada,  la vaquilla se alimentaba hasta el día de los Santos, cuando era degustada en caldereta por los vecinos.

Hoy son recuerdos; solo sobrevive en  Valdepeñas. Pero esto lo contaremos mañana.

Lar-ami


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