La despoblación y el cambio de fechas han hecho que las fiestas patronales en La Ribera pierdan parte de su sabor tradicional, aunque conservan esencia y objetivo: el reencuentro de los hijos del pueblo con sus raíces y con los otros, los que se quedaron (los menos) y los que se fueron pero que regresan por fiestas.
La misa mayor, la procesión, la subasta, la comida familiar, los juegos de bolos (Retiendas y Beleña), botarga y cencerradas (Beleña), el baile en la plaza, los campeonatos de cartas, la cuota para sufragar el coste de las fiestas, … son elementos comunes.
Algunos pueblos han incorporado actividades que incentivan la participación ciudadana: comidas vecinales (cada uno aporta según posibilidades y luego comparte) o opulares (una empresa cocina para el pueblo), desayunos y limonadas comunales, carreras, juegos para niños, concursos de disfraces, de tortillas, … Otros han fomentado las peñas (Puebla de Valles).
Y los menos han apostado por actos culturales y populares: Cuenta cuentos (Beleña, La Mierla), cine al aire libre (La Mierla), conciertos, … Pero siguen siendo un signo de identidad del que nos sentimos orgullosos.
Lar-ami